Hoy me encuentro confuso. Estoy como el día que lo mismo hace sol, que lo mismo llueve; y este sentimiento me parece un tanto extraño y no le encuentro un sentido gramatical a las palabras que materializó en estas hojas blancas; la cuales empiezo a emborrachar de tinta carmesí.
Mi corazón pasa de la sintaxis, anda todo loco y no deja de brotar por los morfemas de este papel; su sangre me salpica cegándome de sus ideas de garrafón. Mis ojos no me dejan ver el objeto directo al que escribo.
Y aunque entiendo que es difícil pasar a hurtadillas por las conjunciones que unen mi alma a tu cuerpo, hoy y solo un día como este me salto las reglas ortográficas que me rigen a este mundo.
Pero le faltan a este corazón verbos que conjugar para narrarte en versos, que te besen el alma en la madrugada. Y a falta de adjetivos que te describan en esta oración, tira de poner cara buena al verte pasar en las fotos que pones en frases a deshoras, y que llenan de faltas mi cama.