Erase una vez un día gris de esos de llovizna, esa que cala hasta los huesos y que te humedece el corazón entre escalofríos. Puede que hiciera frío o tal vez era ella que parecía un iceberg en su mente. Tarde era cuando ella se acercó aquel chico taciturno y con sonrisa malvada, le soltó sin rodeos – ¿En que piensas? clavándole intensamente la mirada. El pensó que tía más rara… pero agachó la cabeza y con la media sonrisa que le devolvió, le respondió – pues no sé… en nada ¿…? Y ella con ceño fruncido y cara de desconcierto le dijo – ¿Nada? ¿Cómo se puede pensar en nada? eso no es posible… Él con calma desmedida contestó – si se puede. Ella musitó – no. Y él conteniendo la rabia le replicó – si se puede… porque te pienso a ti y tu eres mi nada. Ella se quedó sin palabras y por no tener palabras este cuento se acabó, las perdices hambrientas se comieron el final feliz.
Genial !!!
Me gustó el final
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ooooohhh! Muchas gracias ☺☺☺
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy bonito!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias!! 😊 😊 😊
Me gustaLe gusta a 1 persona
Vaya si se puede pensar en nada!!! Se puede incluso no pensar en alguien desde la nada, y pensar su todo y no sacar nada en claro.
Apa, buenos días !!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Buenos diaaaaaaaaaas!!!☺☺☺☺☺☺
Me gustaMe gusta
Muy bueno. 100 pts
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias, me alegro que te guste!! 😊
Me gustaMe gusta