Eran tantas las horas que él se pasaba acurrucado frente a los restos olvidados de aquella aceña, que poco a poco fue mimetizando sus sentimientos en aquel río.
Donde se desbordaba, escribiendo con locura a su medio limón, ácida dama, que le habitaba con tanto desaire el alma desde hacía ya varias limonadas.
Él estaba tan atrapado en aquel maldito brebaje; que intentaba sanar su tórax con las caricias que su mente trataba de atropar en los retazos de aquel sulfúrico desamor, que nunca se preocupo de escuchar los susurros que el corazón le dejaba tras cada rechazo.
Me encanta eso de «hacía ya varias limonadas» ¡¡¡Es muy ingenioso!!!
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Muchas gracias!!! 😊😊😊😊 me alegro que te guste!!!!
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Un buen relato, Luis, apenas tengo tiempo para escribir y hacer mi relato…
Te imagino, mientras trabaja la aceña,
escuchando el rumor adormecedor del agua,
mientras saboreas un limón espolvoreado de azúcar,
para quitarte el mal sabor de aquel brebaje
que te hizo beber aquella bruja de ojos verdes,
cuando, sin compasión, te arrojó las flores
que habías atropado, con mimo, a la orilla del río.
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Esta genial tu relato… 👏👏👏
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Muy Imaginativo.
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Gracias
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