Hoy llueven de reojo zarzales ardiendo, entre los sueños de linajes exudados por musas de poca ropa y mucha inspiración… ellas tintan los surtideros de arrabales de bajos vientres. Quieto, que aquí pinta mal la tierra del negro azabache que nos surte sobre los manteles del séptimo mandamiento.

Que coño hacemos aquí entre argumentos y bombones, volteando la suerte frente al relente del madrugar. Poetas muertos entre los olivares que barruntan sonajeros gitanos. Y en los pulmones el hollín del carbón que agita los raíles de la paloma donde desempolvar las pinturas negras de Goya. Ojos de miel. Abejorros que estriban sus aguijones en la tajadera donde ruedan las piedras de callejuelas despeinadas por el mascullar de las lluvias de marzo.

El lagrimal en primavera, latiendo a bajo precio entre los soportales de la arboleda.

Y este viejo cuenco de flores, adormideras de sinsabores que atiestan las guitarras del maizal enjaulado, en los días de la carraspera silencia por las llaves del forajido atardecer. Bufones, jilgueros por caricias que acicalan las ventanas de ladrillo blanco, bonitas sonrisas se asoman a las noches de las niñas para enhebrar su reflejo en azulejos rectangulares.

byluis7