A veces me resulta tan complicado convivir con esta neurosis de guerra, cada vez, que la conexión simbiótica de mis nerviosas neuronas se entrelaza con las moléculas que conforman mis caóticas emociones.
Se me enredan tan dentro de mi garganta ahogando sistemáticamente mis sonidos. El silencio invade de repente mi materia gris, inquietando la improvisada trinchera contra tanto partisano que trata de manipular metódicamente mis sentimientos. Recuerdos de una antigua lucha que martirizan los sueños en los que me sumerjo cada noche.
Insólita vigilia que alerta a mi corazón, contra posibles sabotajes fratricidas que lastimen de nuevo mi alma. Y mi sentido poco común, yace agotado por tratar en vano de remendar una y otra vez, mis heridas después de cada lucha perdida.